Tizón temprano, causado por el hongo Alternaria solani, es una de las enfermedades de importancia que ataca al cultivo de papa durante cada temporada en las distintas zonas productoras del mundo. Se expresa mayoritariamente en áreas donde las condiciones climáticas son cálidas y secas alternadas de períodos de alta humedad.

En Chile, se posiciona como la segunda enfermedad foliar más relevante luego del Tizón tardío causado por Phytophthora infestans. Si bien, no existen datos concretos sobre la incidencia y porcentaje de pérdidas asociadas a esta enfermedad en el país, se ha observado un aumento de la expresión del patógeno en condiciones de campo durante las últimas temporadas. Probablemente a causa de las condiciones ambientales predominantes actualmente, como veranos más calurosos y secos, alternados con lluvias, sumado a la implementación de sistemas de riego en el cultivo. Esto se traduce en temperaturas más cálidas y favorables para el patógeno y un aumento de la humedad relativa.

Esta enfermedad se caracteriza por producir una prematura y progresiva defoliación que conlleva a una disminución en la capacidad fotosintética, generándose un desequilibrio entre la demanda de nutrientes en los tubérculos y el suministro de las hojas, conduciendo a una reducción en tamaño y calidad de los tubérculos. Se ha reportado, que lo anterior, puede ocasionar pérdidas anuales en rendimiento de hasta un 30%, disminuyendo significativamente la rentabilidad de la producción de papa.

Para prevenir y controlar este problema es necesario considerar tres puntos básicos: prácticas culturales, control químico y susceptibilidad varietal.

• Evitar el estrés de la planta, medidas destinadas a estimular el vigor y evitar la senectud o madurez temprana, como la utilización de semillas de buena calidad, el riego oportuno y la fertilización adecuada reducen el nivel de incidencia de la enfermedad.
• Evitar la sobre posición de plantaciones, los cultivares más precoces son más susceptibles, por lo tanto, si están cercanos a un cultivar más tardío, los conidios del hongo se podrían diseminar a través del viento entre los cultivares.
• Evitar la humedad excesiva del follaje, ya que la enfermedad ejerce una mayor presión en zonas donde se usa riego por aspersión o el rocío matinal es muy frecuente u ocurren lluvias seguidas con temperaturas moderadas a altas.
• Eliminar el follaje antes de la cosecha al menos 10 días antes de la cosecha. Esto permite que la piel del tubérculo madure, dándole una mayor firmeza y una mejor resistencia a los daños mecánicos.
• Eliminar residuos vegetales infectados, ya que el hongo puede sobrevivir en residuos vegetales.
• Manejo postcosecha donde los tubérculos deban mantenerse en un ambiente que permita una rápida tuberización y cicatrización después de la cosecha. En tubérculos infectados, temperaturas sobre 10°C, aumentarán los efectos de la infección mientras que temperaturas más bajas disminuyen el desarrollo de la enfermedad.
• Rotación de cultivos, debido a que el hongo no puede vivir por períodos muy largos en suelo sin hospedero.
• El control químico debe efectuarse en el momento óptimo que es cuando aparecen las primeras esporas aerotransportadas, coincidiendo con el principio de la dispersión secundaria. Muchos de los productos de contacto que controlan Tizón tardío, también controlan Tizón temprano como: Mancozeb, Metiram y Clorotalonil. Estos pueden reducir la severidad de la enfermedad a nivel foliar, pero no pueden eliminarla cuando ya se ha producido la infección y penetración del patógeno. A su vez se disponen de otros activos registrados para el control de Tizón temprano, tales como: Azoxystrobin, Pyraclostrobin, Difenoconazole, Trifloxystrobin + Cyproconazole, azoxystrobin + difenoconazole, azoxystrobin + clorotalonil, Propamocarb + Fenamidone, Mandipropamide + Difeconazole, entre otros.
• Susceptibilidad varietal ya que distintas variedades de papas presentan diferentes niveles de susceptibilidad a la enfermedad. En general, esta se asocia a la maduración temprana de la variedad. En variedades precoces, las plantas muestran síntomas que se desarrollan rápidamente provocando el colapso foliar. En las variedades más tardías, las plantas desarrollan solo pequeñas manchas necróticas.